La arquitectura efímera es un concepto destinado habitualmente a las construcciones para las fiestas y ferias, y también a estructuras de escenografía y decorados, que después de un tiempo son desmontadas y almacenadas o directamente desechadas por su escasa durabilidad debida a los materiales empleados.

El mercado provisional de Barceló, diseñado por el estudio de los arquitectos Nieto y Sobejano, se encuadra dentro de esta categoría. Quedará relegado por su traslado al nuevo y contiguo mercado, y tal vez desechado por sus materiales de construcción, pues sus fachadas son paneles de policarbonato blanco translúcido, cuya durabilidad en años es más que dudosa, al menos en su aspecto estético.

Estos materiales de construcción me parecen novedosos en Madrid, al menos su uso en los edificios más conocidos y expuestos al público, pero no tanto en la arquitectura europea contemporánea. Y para ser más precisos, no es más que el desarrollo en cantidad de un plagio meridiano de parte de un edificio mundialmente famoso, que muchos arquitectos conocen y que en el citado estudio Nieto Sobejano deben de sobra conocer.

La acción arquitectónica tiene partes de genio creador, de técnicas y de copieteo descarado; y esto último es lo que resta singularidad al proyecto, valor arquitectónico y puede hasta convertirlo en risible.

Podemos considerar en Arquitectura que capiteles, arquitrabes y frontones forman parte del acervo arquitectónico clásico, y que no hay nada malo en copiarlos, plagiarlos o repetirlos hasta la saciedad. Pero no sé si estaremos de acuerdo en que Nieto Sobejano haya convertido en un clásico a Steven Holl, el reconocido arquitecto norteamericano.

Como la sensaciones de ajá son más duraderas en la memoria y menos intrusivas en la intimidad de la mente, dejaré que sean ustedes los que juzguen.

Enlaces:

www.kiasma.fi

www.musiikkitalo.fi

Notas:

A.-Finlandia Talo, Musiikki Talo y Kiasma se encuentran ubicados linealmente y separados por unos pocos cientos de metros en las inmediaciones del centro de Helsinki.

B.- La estructura de plástico que recubre el mercado temporal Barceló, su logotipo y transparencias luminosas recuerdan fuertemente la fachada del Museo de Arte Contemporáneo de Helsinki, Kiasma, que da a la calle de Mannerheim, y cuyo autor es Steven Holl.

Y también lo hace el recubrimiento del edificio permanente, que se cita como de vidrio en el enlace de más arriba, pero cuyo aspecto es más de plástico del mismo tipo que otra cosa. La estructura es similar a Musiikki Talo. Tal vez la “inspiración” la sacaron del 10th Alvar Aalto Symposium (2006), en Helsinki.

El conjunto madrileño resulta un mazacote desubicado, polifuncional, a la mayor gloria de la arquitectura menos original y más utilitaria, y en detrimento de una zona que podría haber recuperado un aspecto de casco histórico que los promotores y ejecutores de este engendro cúbico se han encargado de diluir. Sacar de su contexto cultural la arquitectura contemporánea e insertarla donde le salga a uno de la nariz, puede llevar a resultados perversos.

El impacto de la arquitectura de exteriores en el bienestar de los ciudadanos debe ser contemplado por los que deciden la obra pública, porque nos afecta a todos visual y emocionalmente, y los deseos de realizar florituras de los arquitectos deben ser controlados por quienes manejan nuestros dineros.